Pronto se dará cuenta de que aquello no se parece en nada a su amada Barcelona. No le quedará más remedio que aprender a lidiar con animales de granja, lugareños de lo más pintorescos y el insufrible encargado de las obras, dispuesto a sacarla de quicio a la mínima ocasión.
Los tacones de Raquel no están hechos para pasearse por el culo del mundo, pero esta chica con carácter y sin pelos en la lengua no se rinde jamás. Le espera una experiencia que pondrá a prueba su fortaleza, pero que la ayudará a encontrarse a sí misma. Porque a veces es necesario llenarte de mierda para conseguir lo que quieres
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