La paciencia es una de las grandes virtudes que sin duda no puede incluirse entre las de Axel. Treintañero, empresario con taller mecánico propio y poco o nada dado a perder el tiempo. Por encima de todo, a quienes no soporta es a las mujeres desesperadas. Pero como reza el dicho: nunca digas de esta agua no beberé.
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